El CSIC ha empezado el 2024 con un nuevo avance científico que parece que dará paso a una nueva generación de cosméticos. El CSIC, con su empresa basada en el conocimiento (EBC) o spin-off, Bioinicia, han patentado de manera conjunta una tecnología que permite crear productos cosméticos compuestos en su totalidad por ingredientes bioactivos con eficacia probada en esayos in vivo.
Esta nueva técnica consiste en la encapsulación de los ingredientes en fibras ultrafinas e hidrosolubles que están compuestas por bioactivos cosméticos y que permite prescindir de todos los excipientes, conservantes y aditivos de los cosméticos convencionales, a la vez que maximiza la penetración y la eficacia de los ingredientes bioactivos. Desde el CSIC, informan, que los primeros productos desarrollados mediante esta nueva tecnología podrán llegar al mercado en este mismo año.
El CSIC y Bioinicia han desarrollado una nueva línea de productos cosméticos totalmente naturales y veganos con esta tecnología: "están compuestos únicamente por ingredientes bioactivos, creando una nueva generación cosmética, la cosmética pura", ha explicado Jose María Lagarón, investigador del CSIC en el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA) y fundador de Bioinicia. Esta tecnología aumenta en diez veces más la penetración de los activos mediante las fibras que son 100 veces más finas que el grosor de un cabello y que se funden en el contacto con la piel.
"Su doble mecanismo de acción es la clave. Las fibras ultra finas se adhieren y adaptan a la perfección al relieve cutáneo y entregan los activos de manera más homogénea y efectiva. De hecho, hemos medido que algunos bioactivos penetran hasta 10 veces más que en formulaciones líquidas convencionales" ha explicado Lagarón, que ha puntualizado que los activos mantienen intacta su eficacia al quedar protegidos dentro de esas fibras ultra finas.
La nueva tecnología además es más sostenible que las otras puesto que permite prescindir de todos los excipientes, conservantes y aditivos que estructuran y estabilizan los cosméticos convencionales. Consigue así, reducir el consumo y el transporte innecesario de materias primas y sustancias sin propiedades consméticas para la piel y elimina el agua del producto como recurso natural que normalmente compone del 60 al 95% de los cosméticos convencionales.