La industria cosmética lleva años adaptándose y, mediante la innovación, comprometiendose a ser más respetuosa con el medioambiente. Prueba de ello, fue la gran reducción de microplásticos y cómo se ha ido reinventando con alternativas más sostenibles para cumplir con las directivas de la Unión Europea y otros organismos.
Recientemente, investigadores e ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusets han desarrollado una serie de materiales biodegradables con los que se podría reemplazar las microperlas o microesferas que aún se utilizan en algunos productos de belleza. Estos polímeros se descomponen en azúcares y aminoácidos.
"Una manera de mitigar el problema de los microplásticos es, primero, averiguar cómo limpiar la contaminación existente. Aún así, es igualmente importante mirar hacia el futuro y centrarse en la creación de materiales que no generen microplásticos", ha explicado Ana Jaklenec, que ha participado en la investigación del MIT.
Estas partículas pueden tener también otras aplicaciones, como por ejemplo, la encapsulación de otros nutrientes como la vitamina A, lo que podría ser un avance para las perosnas que padecen deficiencias nutricionales.
Los investigadores, dirigidos por Zhang, recurrieron a un tipo de polímero que el laboratorio de Langer había desarrollado previamente, conocido como poli(beta-aminoésteres). Estos polímeros, prometedores como vehículos para la liberación de genes y otras aplicaciones médicas, son biodegradables y se descomponen en azúcares y aminoácidos.