La Unión Europea arremete de nuevo contra los microplásticos. El Parlamento Europeo y el Consejo Europeo llegaron en la sesión celebrada el pasado 29 de enero a un acuerdo para establecer nuevas directivas para un tratamiento más eficiente y una mayor superivisión de las aguas residuales.
Tal y como apuntó en el comunicado de prensa emitido por parte del Parlamento Europeo, los residuos farmacéuticos y cosméticos representan actualmente las principales fuentes de microcontaminantes presentes en las aguas residuales urbanas que requieren un tratamiento.
Desde las autoridades europeas quieren que los fabricantes de cosméticos que sigan utilizando microplásticos en sus productos, cubran el 80% de los costes necesarios para hacer frente a la contaminación causada por los microplásticos. El 20% restante, deberá abonarlo el gobierno de cada país.
La nueva regulación está siendo aún estudiada por la Unión Europea y no se ha formalizado pero se enmarca en el objetivo global de la Unión Europea en materia de sostenibilidad y la meta principal de reducir el número de microplásticos que acaban siendo arrojados al mar.
Desde la Unión Europea, señalan que la solución principal pasará por la innovación, que explican que es un factor clave para la transformación de toda la cadena de valor del plástico por su alta capacidad de aportar nuevas soluciones y amplificar los beneficios. Además, desde el Parlamento Europeo, quieren resaltar el papel de la gran mayoría del sector cosmético a la hora de realizar cambios y adoptar medidas voluntarias de manera preventiva.
Este punto se recoge en el marco de los Objetivos Sostenibles que se recogen en la Agenda 2030. Como ya explicó Verónica Garcia, Senior Consultant de Bspoke, en el año 2015, la industria cosmética de la Unión Europea adquirió un compromiso voluntario de eliminar las micropárticulas o microesferas plásticas, con el objetivo de erradicar el uso de las microperlas. García especificó que el sector cosmético consiguió eliminar más del 97% de los microplásticos empleados en el año 2017.
En el pasado mes de septiembre, la Unión Europea ya prohibió aquellos productos con microplásticos añadidos intencionalmente en los productos y en el mes de octubre quedó prohibida su comercialización con la intención de evitar la generación de hasta medio millón de toneladas de los microplásticos.