Últimamente estoy de luna de miel con mis cosméticos. ¿La razón? FUNCIONAN. Ya, ya lo sé. Qué absurdo parece ahora que lo estoy escribiendo. Pero permitidme que os diga algo: que los cosméticos funcionen, está siendo algo nuevo para mí.
Llevo más de diez años gastándome activamente el dinero en todo tipo de productos que me prometían pieles sin granos, un efecto glow deslumbrante o un pelo sin frizz y, uno tras otro, lo único que conseguían era decepcionarme.
No sólo no funcionaban, sino que siempre acababa con la sensación de que me mentían en la cara mientras poco a poco se iba tragando mi dinero. Todo para terminar con otro producto de aroma agradable que acabaría caducado en mi estantería del baño. Pero estos últimos meses mi suerte ha cambiado. Ahora mi rutina funciona y hace lo que promete: mi rutina facial de Innia Beauty me deja una piel lisa e hidratada y el Savior de Cocunat ha hecho con mi pelo lo que ningún tratamiento de peluquería había conseguido hasta ahora. Domarlo.
Os aseguro que para una madre trabajadora que no te tengas que preocupar para cubrir tus necesidades de autocuidado es, como dicen los anglosajones, game changing. ¿Y sabéis qué han conseguido con su efectividad?, que sea fiel a su marca. Las dos, por cierto, españolas y dirigidas por mujeres. Un orgullo para todos nosotros.
Voy a responder la pregunta que estás pensando: ¿Me han pagado las marcas por escribir esto? No. Cada producto de los que os hablo ha sido pagado religiosamente por mi cuenta bancaria. Gracias a formulaciones efectivas y una comunicación honesta han conseguido que sea su micro influencer de confianza sin ni siquiera proponérmelo.
Y es que cuando algo REALMENTE funciona ocurre la magia: el boca a boca.
Un efecto muchas veces degradado en este universo de las paid campaigns. Sí, ese que lleva funcionando siglos y cuyo algoritmo no varia: haz las cosas bien, investiga para mejorar tu producto, cuida a tu cliente, pregúntale, conócelo, no le mientas y deja que los resultados hablen por sí mismos.
¿Significa eso que tenemos que dejar de invertir en marketing? No, de hecho, las dos marcas que menciono hacen muy bien su trabajo de comunicación y ventas y tienen un entorno digital perfectamente estudiado. Pero ¿sabéis que hacen , también?
No nos mienten. Nos lo ponen bonito. Sexy. Queremos formar parte de lo que han creado y, encima, nos cuidan de verdad. Nos escuchan. Nos solucionan problemas. Nos aportan soluciones
En medio de un mundo regido por productos mediocres y de Claims repletos de mentiras, ésta está empezando a ser la excepción. Así que aprovecho este espacio para hacer un pequeño brindis virtual: Larga vida a las marcas que siguen apostando por currarse sus productos y, con ello, a facilitarnos la vida a sus, para siempre fieles, consumidores.
