Como está el mundo en estos días, es fácil entender por qué la gente está ansiosa de crear una realidad alternativa, buscar formas de reiniciar el sistema, de comenzar de nuevo. Ese es el atractivo de los reinos virtuales, ya que son lugares donde entretenernos y escapar de las decepciones del día a día, diversificar el poder de los monopolios tecnológicos o dejar atrás las desigualdades humanas por algo más emocionante, personalizado y significativo.
¿Pero el metaverso es una promesa de un nuevo futuro, una nueva economía y una nueva realidad? ¿O es más de lo mismo, otra estrategia de las grandes corporaciones para controlar Internet y nuestros datos?
A menudo se dice que los desafíos son oportunidades disfrazadas. Tanto lo quieras o no, sabes que el metaverso va a formar parte de tu vida, de tu trabajo, de tus hijos o de tu futuro entretenimiento. Así que debemos entender de que se trata lo más rápido posible.
El concepto Metaverso apareció a principio de los 90’s en el libro “Snow Crash” de Neal Stephenson, con espacios virtuales y avatares como representaciones digitales de la vida real. Treinta años más tarde, el metaverso se entiende como la unión de múltiples plataformas (una red de espacios digitales descentralizados). Una convergencia de la realidad física con el espacio virtual, una fusión que permite experimentar diferentes universos de forma continuada y en tiempo real. Donde toda la información queda certificada y almacenada en blockchain y permite a los usuarios ser los propietarios de estos datos y bienes digitales, intercambiables entre plataformas.
Etimológicamente la palabra metaverso podríamos definirla como Meta=dentro.
El universo “dentro” del universo
El metaverso se promociona como una experiencia holística, altamente inmersiva. Y estas experiencias de usuario son generadas por dispositivos y herramientas de realidad extendida (XR), realidad virtual (VR), realidad aumentada (AR) mezcladas con sensores hápticos, que permiten detectar el movimiento del cuerpo y las reacciones a estas experiencias.
Básicamente el metaverso funcionaría más allá de la internet bidimensional actual, donde sólo miramos y escuchamos, si no que podremos “sentir internet”. Y esto es muy bueno para la industria beauty, ya que nos da la oportunidad de crear experiencias inmersivas, mucho más reales, detectando las reacciones de los consumidores en tiempo real.
Todo esto cambiará la forma de comunicarse con los usuarios. Actualmente lo hacemos por texto, voz o vídeo, pero en el futuro lo haremos a través de avatares, con la misma naturalidad que lo hacemos hoy en la vida real.
Al no tener limitaciones físicas (reales), todos tenemos la oportunidad de experimentar con identidades más allá de nuestros cuerpos, edades y capacidades. Y esto nos proporciona la posibilidad de adoptar múltiples identidades y movernos entre subculturas digitales con mayor libertad y fluidez. ¡Ya no existirán los targets tradicionales!
Esto aumentará la demanda de productos, servicios o experiencias, hechas a la medida de las nuevas necesidades virtuales de los usuarios. Porque necesitaremos ponernos guapos, vestirnos, trabajar y entretenernos en mundos simulados.
El objetivo del metaverso es que tengas una identidad digital unificada en blockchain, una identidad que siempre sea la misma, cuando inicias sesión en tu ordenador de su trabajo o juerguas por la noche en tu casa. En el metaverso, no eres un usuario, eres un miembro.
¡Es tiempo de construcción! Vivimos una oportunidad única en la historia, donde adoptar una nueva tecnología y a la vez, ser partícipes en la construcción de esta misma tecnología.
Se predice que el impacto del metaverso será significativo en todas las industrias, pero en el beauty mucho más. Todas las marcas y empresas deberán ayudar a crear el Metaverso y sus nuevas formas de conectarse, monetizar y experimentar el mundo virtual. Y este aprendizaje es exponencial, porque es colectivo y existen muchas maneras de desarrollarlo, y todas a la vez interconectadas.
Nadie será el dueño del metaverso, aunque Zuckerberg lo intente con muchas ganas. ¡Así que tienes muchas posibilidades de crecimiento! Todas las empresas que trabajen en nuevas tecnologías, aunque no triunfen, tendrán talento y aprendizaje. Y esto será muy valioso en el futuro.
Para eso es importante detectar y potenciar las habilidades que ya tienes hoy, para mezclarlas con nuevos skills digitales que necesitarás en el futuro; habilidades cognitivas para darle forma al metaverso, habilidades técnicas para la creación de contenidos, y habilidades conceptuales, para contar historias y humanizar los procesos y experiencias digitales.
Las primeras oportunidades de éxito para las empresas y los consumidores ya están aquí, como lo hacen las industrias del juego y el fitness. Sin embargo, el mercado beauty puede crear valiosas experiencias de usuario y productos. Pero para ello es importante que las marcas piensen más allá de los productos físicos (o gemelos digitales), y generen nuevos modelos de negocio a través de las experiencias físicas de las personas, creando gemelos digitales del cuerpo, cara, piel, o cualquier parte del cuerpo de los consumidores.
Entonces es cuando la interactividad digital puede trascender al mundo real: por ejemplo, un avatar podría entrar en perfumería, hablar con un experto y pedir un tratamiento específico para su cuerpo, y hacer que nos llegue a nuestro domicilio real. Pero cuidado, esta experiencia debe ser valiosa, una experiencia más dentro de todo el omnicanal. Debemos pensar como transmitir el valor aspiracional del producto a lo virtual, con experiencias adicionales, como gamificación, loyalties, versiones limitadas, etc. La propiedad del usuario es la verdadera revolución porque crea una nueva economía.
Los tokens serán más importantes que los likes
Para los consumidores, la utilidad es fundamental para que valga la pena gastar su tiempo y dinero en jugar, comprar e interactuar con contenido y colaborar con otros consumidores en el metaverso. Dado que actualmente las herramientas AR/VR son caras y difíciles de utilizar en todos los segmentos, esto limitará (por ahora) el metaverso a los productos más premium.
Pero también debemos entender que crear contenido en el Metaverso no es fácil. Este es un punto sumamente crítico en el proceso creativo para generar contenido relevante, competitivo y único para el metaverso. Ya que tendría que ser impulsado y guiado por una experiencia de diseño de usuario interactiva. El diseño debe enfatizar las actividades con el entorno y con dispositivos externos que mejoren la experiencia inmersiva.
Porque el Metaverso es social, es una comunidad. Y si queremos que la gente quiera pagar o pertenecer (lo aspiracional), debemos crear algo importante, algo que realmente genere valor para ellos. Las marcas deben trabajar duro para encontrar formas creativas de ser relevantes en la vida de las personas. Co-crear y asociarse con comunidades digitales y desempeñar un papel en su cultura, profundizando el compromiso de los usuarios con las marcas.
Debemos pensar muy bien cuál es el propósito, porque estos proyectos son difíciles tecnológicamente y conceptualmente. No se hacen en una semana, y tienen un alto coste.
Para mí el metaverso es nuevo, emocionante y lleno de oportunidades. Un lugar donde puedes construir nuevas identidades, conocer gente nueva, vivir y sentir universos mágicos, crear tus propios activos y monetizar tus creaciones como nunca antes.
Es verdad que todavía no tiene una utilidad real y necesaria, pero como ha pasado con la internet 2.0, ha empezado muy poco a poco, primero cambiando nuestra forma de sociabilizar, de hacer amigos, de tener sexo, de viajar. Y mucho tiempo después (casi 30 años) fue cuando el e-commerce se ha consolidado.
Pero cuidado, la principal preocupación en el metaverso es la seguridad. Porque las personas traen consigo sus identidades y valores digitales al metaverso, eso genera problemas de protección de datos y privacidad mucho mayores. Otro tema importante es la regulación (o no regulación) del metaverso, porque todo lo malo que tiene internet hoy (xenofobia, violencia, abusos, robo de datos) seguirá existiendo de forma virtual, multiplicándose viralmente por plataformas sin normas ni control. Por esta y otras cuestiones empieza a surgir el concepto “Betterverse” un metaverso que represente equidad, inclusión, accesibilidad, transformación y mejoramiento personal y planetario.
El metaverso promete ser una extensión de nuestras vidas mejorada por la tecnología. Un mundo digital donde podemos reunirnos, interactuar, comprar, crear, mirar y jugar, todo en armonía con el mundo que ya tenemos. Porque como seres humanos, necesitamos vivir en la realidad analógica para ser realmente felices. Interactuar con gente de carne y hueso, compartir, abrazar. Ver el sol, pasear por el bosque, por la playa. Estamos genéticamente diseñados para esto. Y lo digital nunca podrá reemplazarlo. Así que no dejes de vivir la vida, pero aprovecha los beneficios de la tecnología.
El metaverso ya está aquí. Disfrútalo.