Desde que colaboro con Next In Beauty, he querido aportar mi granito de arena, con sello peculiar, y desMONtar los mitos que promueve el marketing deshonesto.

Hasta la fecha, he hablado de la falsa seguridad que promueve la cosmética casera, de los imposibles cosméticos SIN QUÍMICOS, de los machacados filtros solares, y el más reciente, la delgada línea de lo NATURAL. Con este quise dar una visión más realista de su definición, ya que se ha manipulado y pervertido hasta la saciedad.

Pero ¿Te has planteado cómo nacen estos mitos? Y lo que es más importante, ¿Qué papel juegas tú para terminar con ellos?

Mira, la realidad es que nacen de un gran mal que ha sufrido esta sociedad durante demasiado tiempo: el desconocimiento.

Y de eso se han aprovechado empresas que han moldeado, tergiversado o inventado información a su antojo, y cuyo único fin ha sido promover el miedo. Y claro, en el marketing, el miedo es un gran aliado de las ventas. ¿Te suena lo de “los puntos de dolor”? Pues el miedo duele, ¡y mucho!

En fin, puesto que vivimos en la era digital, los consumidores pueden obtener información de forma rápida e inmediata. Pero ¿Tienen en cuenta su calidad? ¿Qué pasa cuando les generan miedo, donde no lo hay?

¡Pues a la vista está! Hemos vivido durante años, rodeados de consumidores infoxicados por doquier y el marketing deshonesto ganando terreno, mientras hace caso omiso (por decirlo finamente) de los reglamentos 1223/2009 y 655/2013. Eso sí, ¡hasta ahora! Porque las cosas cambian y las mentiras tienen las patitas tan cortitas, que ya no dan más de sí. Y aunque lo siguen intentando, yo no desistiré. Con mi marketing MONesto y la cosmetovigilancia digital, me he empeñado en ponerle freno.

Pero, ¿sabes que es lo mejor? Las estadísticas están de mi parte (y de la tuya). Lo dijo MINTEL en su estudio sobre las tendencias del 2023:

• Los consumidores buscan más pruebas de que su dinero está bien gastado.
• El 75% de los españoles están de acuerdo en que las marcas aporten evidencias que validen sus claims.
• La influencia de los profesionales y la ciencia, sirven para educar y proporcionar más información a los consumidores.

¿Y qué dicen en su nuevo estudio del 2024? Pues ¡insisten!

• Los consumidores no solo querrán saber lo que se ponen en la piel o en el pelo, sino que esperarán que las marcas ofrezcan información clara sobre los beneficios de los activos.
• Muchos buscarán pruebas científicas, que respalden las afirmaciones de los productos.
• Las marcas que aporten investigaciones, estudios o certificaciones que corroboren su eficacia, ganarán credibilidad y confianza.
• Si muestran la base científica de su producto, ayudarán a los consumidores a sentirse seguros de que les ofrecen resultados tangibles.

Y ¡PAM! Aquí tienes tu papel para terminar con el reinado de marketing deshonesto. Porque el cambio de paradigma no solo es posible, sino que es necesario.

Ahora, más que nunca en la comunicación de todos está la clave para el cambio. Porque ¡la información es poder! Y lo dice el consumidor, es el momento de una comunicación verdaderamente honesta y transparente, que no manipula, ni extrapola la información, ni embauca. Simplemente lo que es, es y lo que no, no. Hacerlo bien siempre debería ser la única forma de hacer las cosas.

Porque, a que no tendrías en el mercado un producto, sin saber que está bien conservado. Ni venderías un activo diciendo que tiene estudios, si no los tiene. Tampoco manipularías un ensayo de eficacia para obtener el resultado que quiere el cliente.

Pues por eso, no tiene sentido que se hable de cosméticos sin tóxicos o sin químicos, que se machaquen a los parabenos, al aluminio o a los filtros (por mencionar algunos de la dichosa lista infinita) o que se siga dando a entender que la cosmética natural es más segura y eficaz. Y mil cosas más, pero no quiero alargarlo…

La forma de comunicar debe cambiar, y debe hacerlo desde la raíz. Sí, como un champú, de la raíz a las puntas. Porque TODOS somos responsables de este cambio. El fabricante de materias primas, el distribuidor, el fabricante a terceros, las asesorías, las agencias, las marcas de productos cosméticos, etc. Pequeños, medianos y grandes. Empresas o freelance. ¡Todos!

Y esto es AHORA, no mañana. Así que coge de la mano la ciencia, la transparencia y la honestidad (o MONestidad, como yo la llamo) y ayuda a los consumidores a decidir con conocimiento de causa.

Dime, ¿te unes a la revolución de la verdad?