Cataluña está sufriendo la peor sequía de la historia desde que existen registros, hace más de un siglo. Las precipitaciones de los últimos cuatro años han sido mucho menores de lo habitual, lo que ha conllevado que los embalses se sitúen debajo del 16%, marcando un mínimo histórico. El pasado 1 de febrero La Generalitat decretó emergencia por sequía al sistema Ter-Llobregat llegando a afectar prácticamente al 80% de la población. El escenario de emergencia es el más duro de los cinco que tiene el plan de sequía y limita el consumo en 200 litros por habitante y día. Sin embargo, a diferencia del resto de escenarios, existe una gradación entre emergencia 1, 2 y 3, llegando al escenario 3 con una limitación de 160 l/h/d. Es importante mencionar que las restricciones por litro habitante día incluyen no solo el consumo de la población, sino también todos aquellos usos del agua que afectan a población, entre ellos, usos de agua en comercios, restaurantes, gimnasios, industria, entre otros.
Por lo que hace al sector industrial, las restricciones suponen un reto, pero también una oportunidad para optimizar sus procesos que afectan al ciclo del agua y a futuro, una mejora competitiva. El sector industrial afectado por el escenario de emergencia y que sean titulares de fuentes propias de abastecimiento (concesiones) debe reducir el 25% de su consumo de agua respecto el total. Eso sí, en el caso de que en el pasado hayan implementado medidas y soluciones de ahorro, pueden presentar un Plan de ahorro de agua (PEA) a la Agencia Catalana del Agua (ACA) y rebajar dicha restricción hasta un 5%. Todas estas medidas están debidamente detalladas en el Portal de la Sequía de la Generalitat de Cataluña. Es importante, en este punto, remarcar la importancia de priorizar inversiones para el ahorro de agua, ya que la sequía podría suponer en algunas actividades económicas una disminución de la capacidad productiva.
Desde el Catalan Water Partnership - CWP (clúster catalán del agua de Cataluña) llevamos años trabajando con los sectores con un uso intensivo de agua, incluyendo el industrial, en numerosos proyectos de I+D, grupos de trabajo, estudios diagnósticos, entre otros. Este último año hemos intensificado el acompañamiento a raíz de esta compleja situación, participado en más de 100 jornadas para hablar de soluciones tecnológicas para el ahorro de agua y también presentando casos de éxito ya implementados. Durante estas jornadas mencionamos que la previsión de agua a futuro no mejorará. Los efectos del cambio climático serán especialmente notables a la zona mediterránea, la oferta de recursos disminuirá y la demanda seguirá un curso creciente.
Los cerca de 150 socios que agrupan el CWP disponen de soluciones y tecnología ya disponible que podrían permitir grandes ahorros de agua. Eso sí, en algunos casos las inversiones pueden ser difíciles de priorizar, por lo que resulta necesario llevar a cabo auditorias que ayuden a marcar una hoja de ruta clara e identificar aquellos procesos de potencial mejora. Existe soluciones básicas de mejora y tecnología que puede permitir la reutilización del agua, detectar fugas e incluso soluciones digitales de control basadas en la inteligencia artificial para una gestión inteligente del ciclo del agua. Son muchas las opciones disponibles, pero cabe priorizarlas y que estas estén en el orden del día de las estrategias de las empresas.
Aterrizando en el sector químico y cosmético, aparte de jornadas específicas, el CWP lleva un tiempo colaborando con el sector a través de proyectos de I+D+i. Hoy, estamos coordinando el proyecto Cosme Water Footprint cofinanciado por el MINCOTUR en la convocatoria AEIs de 2023 que tiene como objetivo desarrollar y validar una metodología de análisis de la huella hídrica, adaptada al sector cosmético y de perfumería. El proyecto, estructurado en tres fases, permitirá desarrollar el motor de cálculo de la huella hídrica organizacional, así como por producto producido, con el fin de poner a disposición de las empresas del sector cosmético una herramienta digital que permita la automatización del cálculo de su huella hídrica. Además, también ha permitido identificar nuevas propuestas de mejora específicas que permitirían reducir la huella hídrica de 11 empresas representativas del tejido empresarial cosmético español que forman parte del focus group del proyecto. Se trata de un proyecto colaborativo con el clúster Feeling Innovation by Stanpa, Cetaqua (centro tecnológico del agua pionero en el cálculo de la huella hídrica en numerosos sectores) y 3 ingenierías socias del CWP (Lente Ingenieros, Hydrokemos e Hidroquimia).
Como reflexión final, destacar la importancia del trabajo colaborativo, tanto con el sector del agua, como también uniendo esfuerzos con todo el tejido empresarial para encontrar soluciones más rentables para todos. Por ejemplo, el uso de agua regenerada de polígonos industriales, como ya están haciendo desde hace años la petroquímica de Tarragona. Hoy en día, la prioridad de la sequía es implementar soluciones ya existentes para mejorar la eficiencia del uso del agua de las empresas, pero a futuro será necesario seguir trabajando con una planificación global teniendo en cuenta todos los sectores y la colaboración público-privado que converjan en estrategias de mediano y largo plazo.