Reinan en las redes, pero la pregunta sigue ahí: ¿qué son los influencers? Cuando lo que realmente deberíamos cuestionarnos es quiénes son. Son la voz cantante de las marcas, que están atentas a cada uno de sus movimientos para adentrarse en la rutina de cada uno de sus followers a través de la pantalla.
Pero, ¿qué hay de malo en todo esto? La tendencia extendida de la “TikTok promo” que cuelga bajo el brazo de los creadores de contenido. En otras palabras, graban un vídeo corto probando los productos, alegando que son maravillosos, que han incluido en su skincare routine de la mano de marcas presuntamente compatibles con el tipo de contenido que publican y, por supuesto, afines a los seguidores.
Aún así, hablar de algo que no está en la línea del perfil influencer puede resultar contraproducente, tanto para la marca, como para el/la creador/a en cuestión, que podría resultar el malo de la película por haberse “vendido”. A más afinidad, mayor agresividad es la que se aprovecha de la comunidad.
La tendencia ha llegado tan lejos que hay empresas que emergen -y resucitan- gracias a los influencers. Ya no solo por medio de TikTok, sino por otras tan populares como YouTube e Instagram. ¿Quién no ha estado indeciso alguna vez por elegir entre un producto para la piel u otro? Ellos son capaces de solucionarlo en 15 segundos de reloj.
No todo queda aquí. Hay creadores de muchos tipos y edades. Incluso algunos se han lanzado a crear su propia marca de beauty, como Rihanna o Selena Gómez. Pero, en el ámbito español, una de las caras más reconocidas es Marta Lozano (@martalozanop), founder de ‘Glowfilter’. Ella misma, a través de la confianza que les transmite a sus seguidores, es capaz de profundizar en su excelente estrategia de marketing.
Otros ejemplos que encontramos en el panorama nacional son los de Marta Díaz (@martaa_diiaz), cara de ‘Acnemy’ por ‘Niche Beauty Lab’, y Lola Lolita (@lolalolita), embajadora de ‘L’Oreal París’.
En el fondo, somos conscientes de que caemos y nos enredamos con facilidad en la red que traman los influencers y marcas, pero continuamos el consumo. No es nada malo. Aunque existen opiniones y opiniones, es una forma inteligente de ganarse la vida. Si Carlos Peguer (@carlospeguer) usa esta marca de crema solar, ¿por qué yo no? Si confío en él y los valores que transmite, me lanzo a por el producto -hasta el punto de agotar existencias-.
Más del 70% de los usuarios admite seguir a personas de gran impacto en la red. Dentro de este porcentaje, las protagonistas son mujeres con edades comprendidas entre los 16 y los 30 años.
Asimismo, los consumidores confiamos más en marcas que tienen presencia en las redes sociales; principalmente por la cercanía que generan. Aquí es donde comienza a ponerse en juego el marketing y donde la definición de “influencers” comienza a cobrar sentido y resonar por todo el mundo.
Aquí es donde extraemos una clara conclusión: la generación Z es la que más dialoga con dichos creadores, desbancando a los millenials (más propensos a consumir Facebook). Y, como consejo, cuando se habla de tiempo, lo mejor es medir y cuidar la interacción con los influencers antes de apostar por uno y los productos que promocionan. Además, deben tener cabida reseñas propias de crisis y comentarios negativos, por mínimos que sean. Al fin y al cabo, somos personas unidas en una comunidad virtual con puntos en común.